Esta es la historia de uno de los perritos más afortunados que he visto. El indefenso animalito, fue abandonado y dejado envuelto en una bolsa de basura, la que en muy pocos minutos después, iba a ser aplastada por una máquina compresora. Sin embargo, su destino no estaba escrito o más bien, tuvo la fortuna de cruzarse con personas maravillosas que cambiaron su vida.
Cuando la bolsa en la que se encontraba, estaba cerca de llegar a una máquina compresora de basura, el can logró ser rescatado y trasladado a un centro veterinario. Su estado era este:
El perrito había estado una semana sin recibir agua ni alimento por parte de su "ex dueño".
En el centro veterinario donde lo atendieron, los especialistas pensaron que - en el estado en que se encontraba- el perrito no podría resistir si quiera una noche más. Sin embargo, él los sorpendió.
Ya que este amigo perruno fue encontrado el día de "San Patricio", lo bautizaron como "Patrick".
Y aunque había sobrevivido a la primera noche en la clínica y hasta le dieron un nombre al animalito, su temperatura corporal era tan baja, que el termómetro ni si quiera lograba medirla. Él pesaba sólo 8 kilos, por lo que los doctores continuaban alerta y pensando en las pocas posibilidades de vida que tenía.
También debieron operarlo con suma urgencia, debido a una bola de pelos que tenía alojada en su estómago.
Luego de la operación, los doctores estuvieron más alerta que nunca. Mientras, Patrick seguía luchando para sobrevivir.